Campo magnético humano (CMH)
Se sabe que el cuerpo humano es un bioimán natural. Dos órganos, el cerebro y el corazón, generan corrientes de iones que producen un campo magnético alrededor del cuerpo. El corazón es la fuente más potente de energía biomagnética. Los magnetómetros basados en SQUID pueden detectar el campo magnético del corazón (HRMF) a un metro del cuerpo. La fuerza del HRMF es 100 veces mayor que el campo magnético del cerebro (BMF).
Con las nuevas tecnologías, se observa que pueden producirse ciertos cambios en el campo magnético humano. Estos cambios pueden producirse por factores internos o externos. La modulación interna del campo está relacionada con los diferentes estados emocionales de la persona. Las diferentes emociones están codificadas en el HRMF y crean diferentes espectros de frecuencia (Hz) que se propagan por todo el cuerpo y en el entorno externo. Las señales magnéticas generadas por el corazón tienen la capacidad de afectar a los entornos circundantes así como a las personas. En consecuencia, el campo magnético del corazón puede ser modulado por el campo magnético de otros (factores externos). Según los resultados del estudio realizado por el Instituto HeartMath, el sistema nervioso actúa como una antena que sintoniza y responde a los campos magnéticos producidos por los corazones de otros individuos. Denominaron a este fenómeno "comunicación energética". Sin embargo, el HMF no puede detectarse conscientemente porque está por debajo de los niveles de conciencia.
Propiedades magnéticas de la hemoglobina
El otro aspecto de la influencia de los imanes en la salud humana se considera en la respuesta bioquímica del cuerpo, generalmente en el nivel de observación de las células. En el mundo, las principales causas de muerte son los accidentes cerebrovasculares y los ataques cardíacos. A menudo están relacionados con la alta viscosidad de la sangre. La Sociedad Americana de Física ha publicado los resultados de un estudio, Reducción de la viscosidad de la sangre con campos magnéticos, en el que la sangre expuesta a un campo magnético (1,3 T) durante una duración de ∼1 minuto puede reducir la viscosidad en un 20%-30%. Tras la exposición, la viscosidad de la sangre vuelve lentamente, en un par de horas, al valor original. Un campo magnético puede mantener la viscosidad de la sangre dentro del rango normal; en consecuencia, las tecnologías magnéticas tienen potencial para la fisioterapia y la prevención.